jueves, 3 de enero de 2013

Veta la Palma

                            Con bastante frío y un buen madrugón, nos ponemos en carretera con la intención de llegar temprano a nuestro destino, Isla Mayor, en Sevilla. Con gran parte del equipo de seguimiento del proyecto Limes Platalea nos disponemos a pasar una jornada pajarera en el interior de la finca "Veta la Palma". Ésta posee algo más de 11.000 ha. y ocupa la mitad sur de la Isla Mayor del Guadalquivir. A su vez está circundada por el Brazo de la Torre y forma parte del Espacio Natural Doñana. Además de la zona dedicada a las aves, también podemos encontrar explotación de acuicultura y ganadería extensiva.                         

                            Nada más comenzar nuestra ruta por los caminos junto a las distintas "balsas", localizamos unos Tarajes, Tamarix sp, donde se encontraban refugiados un buen número de Martinetes, Nicticorax nicticorax.


                              A lo largo de la mañana se iban sucediendo las distintas observaciones. Ciertamente, tengo que decir, que las especies no diferían para nada de las que podemos localizar en la Bahía de Cádiz o en el Brazo del Este. Si bien la gran diferencia radica en su número y por la tanto en su espectacularidad como pudimos contemplar en varias ocasiones.

                           Como cabía de esperar los bandos de Flamencos comunes, Phoenicopterus roseus, se hacían patente. En este caso junto a un gran bando de Fochas comunes, Fulica atra.


                                  Con tranquilidad vamos alcanzando las balsas con mayores concentraciones. Nada más acercarnos a una de ellas pudimos ver como un bando de Espátulas, Platalea leucorodia, sobrevolaba unas Agujas colinegras, Limosa limosa, y las que serían nuestra primeras Avocetas, Recurvirostra avosetta.


                             Un poco más adelante podemos ver un bando de Agujas colinegras de más de 4000 ejemplares, y a su lado otro mixto con Avocetas, en un número alrededor de 6000 individuos.



                              Mientras disfrutábamos de aquella observación, nos sobrevoló un Aguilucho lagunero, Circus aeruginosus, el cual provocó el nerviosismo en el bando que no dudó en alzar el vuelo.



                        Con la marcha del Aguilucho de la zona todos vuelven a posarse, ajenos totalmente a nuestra presencia.


                                 Justo antes de realizar el cansabido "renge", nos encontramos con una sorpresa muy curiosa, un Flamenco enano, Phoenicopturus minor.  Un miembro de la Estación Biológica de Doñana que hace de anfitrión, nos comenta que se han llegado a censar hasta 5 ejemplares de forma simultánea.


                         El alboroto provocado por los asistentes ante tan curioso registro, provoca el movimiento de algunos individuos de Flamencos hacia otras balsas.


                        El día comienza a caer, por lo que nos tenemos que marchar. No obstante nos detenemos para deleitarnos con un grupo de Flamencos formado por unos 8 o 9000 ejemplares, quizás 10000. El espectáculo no había hecho más que empezar.   La luz del atardecer incidía sobre sus plumajes de adultos aumentando sus colores.


                      Su estado de alerta provoca que el bando comience a despegar, permitiéndonos una de la imágenes más impresionantes de la marisma en su estado puro.


                          El deambular del grupo hacia la posición del sol cuando apenas quedaban minutos para su ocaso, nos regaló otras visiones espectaculares.



                          Con el día finalizado todavía pudimos obtener las últimas imágenes.





2 comentarios:

  1. Gracias José María, estaba esperando una entrada como la que has realizado mostrando en todo su esplendor la magnitud de los bandos que pudimos disfrutar.
    Saludos

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  2. Buena crónica. La verdad que instantáneas como éstas hacen que los humedales se valoren, aunque todavía queda mucho por concienciar. Salu2

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