jueves, 24 de enero de 2013

Subida al Torrecilla

                                Como en la salida anterior, de nuevo hemos tenido que madrugar. En este caso íbamos a disfrutar de la naturaleza de forma algo diferente a lo habitual.

                                Despúes de llevar más de una hora conduciendo, comenzamos a ver la claridad en el horizonte. Pasarían muchos minutos hasta que pudiesemos ver los primeros rayos del sol. Amanecía un día frío pero espléndido para realizar la ascención al Torrecilla con sus humildes, que no despreciables, 1919 metros de altitud. 

                              Dado que el objetivo era hacer cumbre, las paradas iban encaminadas a tomar aire para poder continuar, ya que en mi caso las fuerzas andaban justitas. Es por ello no pude captar las imágenes de los Acentores comunes, Prunella modularis o de los rebaños de Cabras monteses, Capra hispanica, aunque si nos deleitamos con su observación.

                              Nuestro recorrido comienza en el aparcamiento de los Quejigales, realizando el sendero establecido. En un primer momento y quizás el peor ya que estabamos aún fríos era adentranos en la Cañada del Cuerno hasta alcanzar el Puerto de los Pilones donde saldríamos de nuevo a espacio abierto tras haber cruzado en magnífico Pinsapar centenario. Muchos son los árboles caidos por el devenir del tiempo en todos sus sentidos, pero no es menos cierto la presencia de una ingente población de "Pimpollos" que nos dan esperanza para el futuro de este bosque.

                            Durante la segunda parte del recorrido, sin grandes desniveles, que nos llevaría hasta el Pilar de Tolox, nos encontramos con un "Pozo de Nieve" que le da un valor etnográfico a este sendero. Se trataban de una excavciones en el suelo y rodeadas de piedras donde se conservaba la nieve que posteriormente se transformaría en hielo tras se apisonada y cubierta de vegetación para su conservación y así poder disponer de ella para su venta durante el período estival




                         A lo largo del recorrido pudimos ver la adaptación de la vegetación a los distintos pisos climáticos de la zona. Sabinas rastreras, Piornos, Agracejos (también visto a menos altura junto con Majuelos) y Enebros se entremezclaban con el paisaje Kárstico.

                Tras casi tres kilómetros alcanzamos la base del Torrecilla. Aquí realizamos un leve descanso para reponer fuerza y comenzamos la subida. Al inicio parecía que la dificultad podría ser alta y efectivamente no nos decepcionó. De cualquier manera cuando llegamos a la cima y saboreamos nuestra viandas, el esfuerzo había pasado a un segundo lugar. Ahora quedaba disfrutar de las impresionates vistas.

Al fondo Cádiz con la Sierra de Pinar


                      Como curiosidad es presento el perfil elaborada por mi amigo Chema a traves de su GPS. 


                            También el recorrido desde Google Earth.


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