domingo, 11 de noviembre de 2012

MARRUECOS AL NATURAL. 3ª parte


                             El día ha comenzado a las 5 de la mañana. Nos hemos desplazados hasta unas dunas altas para poder ver el amanecer.



                       Con la llegada de la luz se han asustado en grupo de más 20 Cuervos desertícolas, Corvus ruficollis, de los que tan solo pudimos testimoniar su presencia por los rastos dejados.


                     Tras este comienzo de jornada, nos adentramos en otro tipo de desierto pedregoso y árido  "La Hammada". Aquí la vida está diseñada para especie muy adpatadas y entre ellas incluimos al hombre.



              Tras algunos kilómetros y una temperatura aceptable comenzamos a ver los primeros arbustos,


                       Sobre ellos también los primeros moradores que observados, Alcaudón meridional, Lanius meridionalis subesp. elegans.

                    
                     Aproximándonos al primeros de los Oasis, encontramos una familia seminómada. Además de la Haima, donde desarrollan practicamente todas sus actividades poseen unas pequeñas construciones para el ganado y enseres.


                  Ni que decir tiene el grado de hospitalidad manisfestado, en el más amplio sentido de la palabra.


                    Tras un te moruno con frutos secos y pastas continuamos el viaje. Hay que tener en cuenta que las distancias durante algunas de las jornadas realizadas son cortas pero la duración en tiempo es enorme.  Pronto alcanzanmos un Oasis y el paisaje cambia totalmente. A pesar de la fecha y de no haber llovio desde el invierno pasado, y me refiero a llover al deshielo de las montañas, el agua es relativamente abundante.


   
                         Aquí conseguimos localizar algunas especies características de la zona como la Collalba desertica, Oenanthe deserti,


                      Curruca de Tristan o desertícola, Sylvia deserti,


                         Poco después reanudamos el camino. En esta ocasión a través del lecho de un río donde el agua, sorprendentemente, se encuentra casi a ras de la superficie, pudiendo localizar pozos con niveles freáticos altísimos para la zona y época del año.


                       En los alrededores de estos afloramientos de agua pudimos ver la Terrera desertícola, Ammomanes deserti


                           Igualmente, y como si se tratase de una columna vertebral de un antiguo lecho de un río, encontramos un cantera de varios cientos de metros en la que se podían observar Orthoceras,  nautilus cephalópodos fosilizados sobre roca del período Ordovicico. En esta época, 2º período del Palezoico, hace unos 450 millones de años, aún no existían animales en tierra firme dado que la atmósfera no era todavía apropiada.


                   Ya de regreso al alojamiento pudimos pasar por un pequeño asentamiento próximo a las dunas pero integrado en un oasis.



                     Aunque más impresionante fue resultó Kasbah.


             Con el sol desapareciendo entre las montañas concluimos con nuestro recorrido de hoy.


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