viernes, 9 de noviembre de 2012

MARRUECOS AL NATURAL. 2ª parte

                         Una vez desayunados nos ponemos de nuevo en marcha. Este viaje va tener un carácter marcadamente nómada. El día de hoy lo vamos a dedicar a desplazarnos hasta Merzouga, al pie de Erg Chebbi, donde permaneceremos dos noches. En nuestro largo recorrido nos encontarmos con el bosque de Cedros, Cedrus atlantica. Aquí hemos realizado una parada en busca de algunas especies de aves y para ver el centenario "Cedro Gourad", ahora tan solo testimonio de lo que tuvo que ser. Este bosque está salpicado de pequeños valles sin árboles de apariencia nórdica. Ni que decir tiene que esta comparación que totalmente justificada en cuanto comienzan a caer la primeras nevadas.



                        Nada más bajar del coche, lo primero que nos llama la atención son los Macacos de Berbería, Macaca sylvanus. Deambulan por los tejados de los quioscos de regalos y pero sobre todo por los árboles. Ésta especie se encuentra en franca regresión. Su población en este bosque no es muy abundante.




                           De entre las aves a destacar observamos al Pinzón común, Fringuilla coelebs subesp. africana


                       Carboneros comunes, Parus major, Agateadores comunes, Certhia brachydactyla o Herrerillos comunes Cyanistes caeruleus subesp. ultramarinus. Otro paseriforme fácil de ver y fotografiar es el Trepador azul, Sitta europaea.



                     Tras un tentenpié continuamos viaje directos hacia el sur. Al llegar a Midelt tuvimos que realizar una parada técnica, hecho que nos permitió pasear hasta una Kasbak antigua aún colonizada. Con el correspondiente permiso de los moradores nos adentramos por los pasadizos de estas sorprendentes construcciones, básicamente de adobe y paja. Vigas de madera sujetan los techos de cañas sobre los cuales vuelcan dicha argamasa para hacer practicables los suelos superiores.


                 Tan solo algunas las paredes que rodean estas pequeñas fortificaciones poseen unos ventanucos.



                Tras la puesta en marcha, no realizaríamos más paradas hasta llegar a nuestro alojamiento un par de kilómetros antes de Merzouga. Se trata de una Kasbah de reciente construcción, Ksar Merzouga con absoluto encanto, exquisito trato y al pie de las dunas y me refiero a que éstas empiezan en la puerta del propio comedor. Tras descargar los bartulos tan solo nos dió tiempo de capturar la caida de la tarde.


                      Mañana nos espera un día largo, oasis, nómadas, fósiles, poblados, pájaros y por supuesto el amanecer en las dunas.

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