martes, 6 de noviembre de 2012

MARRUECOS AL NATURAL. 1ª parte.

                            El pasado viernes 19, y por diez días, comenzaba nuestra singladura desde Tarifa, por lo que iba a ser un recorrido atravesando el país hasta Merzouga y el Atlas en lo que se convertiría en una verdadera "Inmersión cultural". En este viaje, tanto nuestro amigo Chema como Chari, se han encargado de toda la organización e intendencia. Su conocimiento del medio ha sido mas que evidente.  

                            Con mucha lluvia comenzamos los primeros kilómetros en dirección a Fes, nuestro primer punto de destino. Allí permaneceríamos dos noches al objeto de disfrutar de la Medina. A nuestra llegada a la ciudad lucía el sol tímidamente por lo que disfrutamos de un magnífico arcoiris doble sobre la llamada "Puerta Azul".


                   Nuestra primera sorpresa, y aún sin bajar los bártulos del coche, fue localizar en el artesonado sobre la puerta de la Mezquita de la pequeña plazuela un impresionante dormidero de Vencejos reales, Tachymarptis melba.  La falta de luz y la lluvia limitaron las condiciones para la toma de la instantánea.


                    Con todo el equipaje nos adentramos por las callejuelas entre el bullicio propio de la Medina y de la hora, ya que comenzaban a cerrar algunos puestos.


                     ¡Por fin hemos llegado!. Durante este viaje tenemos previsto utilizar varios tipos de alojamientos. Para estas primeras noches hemos elegido un antiguo Palacete "Riad" en el centro de la Medina.



                       
                      Ya por la mañana y antes de sumergirnos en el "Zoco", subimos a la azotea en busca de algunas vistas de la ciudad.



                      Ni que decir tiene que los altavoces que lucen los Minaretes funcionan a la perfección, de día y de noche. Pertrechados con los equipos de fotos salimos a las callejuelas. Carnes, gallinas, palomas y casquería son la mercancias habitual, pero uno se puede sorprender con otras viandas.



                   Saliendo un poco del tumulto nos encontramos con calles un poco más despejadas donde observamos el transporte de las pieles de las ovejas hacia el barrio tintorero.



                      Continuamos con nuestro paseo localizamos rincones y muestras arquitectónicas propias de la época de los Harenes. Ventanas curvadas con diminutas rendijas eran el único contacto de esas mujeres con el exterior.




                    Sin prisas, porque las prisas matan, según se desprende de las personas del lugar, hemos alcanzado  el barrio más famoso y más interesante, "El Tintorero". Para poder tener buenas vistas nos vemos obligados a entrar en comercios que tienen acceso a terrazas. Como cortesía te falicitan unas ramitas de "hierba buena" para mitigar los fuertes olores que se desprenden de los trabajos de limpieza, curtido y teñido. De cualquier manera, por respeto no debemos olvidar que los trabajadores se encuentran abajo y nosotros a bastantes metros de altura. Los distintos pasos se van sucesiendo. Agua, cal, secado y de nuevo al agua con los tintes. En aproximadamente 3 semanas, las pieles están lista para ser trabajadas.



Pieles secándose antes de teñirlas

                    De bajada desde los miradores podemos ver como se trabaja en los telares artesanales. El colorido de los tejidos es espectacular.

  
                        Para finalizar hemos visto como se obtiene el famoso aceite de Argán, Argania spinosa, proveniente de una planta de porte excepcional (8 a 10 metros) y una longevidad de más de 150 años. Del molido de su semilla, en forma de almendra, se obtiene al aceite que por otro lado es la base fundamental de la cultura Bereber.  


Semilla de Argán

Molinillo para extraer el aceite de forma artesanal

                   Después de un largo día nos retiramos a descansar para mañana emprender viaje hacia el desierto, pero eso será motivo de la siguiente entrega.


1 comentario:

  1. Buen relato ilustrado José María, me figuro que tuvo que ser un viaje estupendo. Saludos desde Ecija.

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