domingo, 8 de mayo de 2016

Bulgaria y Rumanía (1ª parte)

Del 6 al 12 de febrero de 2016

OBSERVADORES.- Isidro Bartolomé, Miguel Carvajal Carvajal, José María Fdez. Zapata y Raimundo Martín.
TEXTO.-  Raimundo Martín y José María Fdez. Zapata.
IMÁGENES.-  Isidro Bartolomé y José María Fdez. Zapata.
MONTAJE.-  José María Fdez. Zapata.


INTRODUCCIÓN.-        

         El principal objetivo de nuestro viaje era la observación de la mayor concentración invernal mundial de una especie tan amenazada como fantástica, la Barnacla cuellirroja (Branta ruficollis), con una población difícilmente estimable ya que sus zonas de cría no tienen fácil acceso por ser zonas remotas de Siberia , penínsulas como Taimyr, Gydan y Yamal. El conteo en sus cuarteles de invierno ha sido relativamente fácil hasta estos ultimos años ya que la mayoría de las barnaclas se concentraban asociadas a los lagos Durankulak y Shabla, en Bulgaria. Pero en los últimos años la mayoría de los individuos se mueven dependiendo de las oscilaciones climatológicas y asociados a las olas de frío, por lo que el conteo invernal se complica en exceso al desplazarse frecuentemente a lo largo y ancho del mar Negro.


  A principios de los años 60 las barnaclas invernaban en zonas de estepa alrededor del Mar Caspio, pero la transformación de las estepas en campos de algodón las hizo desplazar sus áreas de invernada hacia el Oeste, principalmente a la costa rumana, en la región de Bronceado y posteriormente a la búlgara, concretamente alrededor de los lagos Duraznilla y Habla , al Oeste del Mar Negro. Tanto en Rumanía como en Bulgaria hay una enorme extensión de campos de trigo de invierno, cultivados desde los años 50 y asociados a lagos interiores junto al mar, donde beben agua y pasan la noche la mayoría de los individuos. Como hemos dicho la estimación de su población varía mucho, y va desde 30.000 individuos, de los más pesimistas, hasta 150.000 , en un censo hecho por ornitólogos rusos durante la migración nupcial de la especie en 2012.  

Tanto el año pasado 2014/15 como éste, 2015/2016 el clima invernal en esta zona del mar Negro ha sido muy benigno aunque con oscilaciones muy grandes entre semanas dentro del mismo mes, lo que ha llevado las barnaclas a moverse mucho de unos lugares a otros, incluso traspasando fronteras, asociado además a las molestias provocadas por la caza, cuya veda de prolonga en Bulgaria hasta el 31 de enero y en Rumanía incluso más tarde. Es curioso resaltar que los primeros cinco kilómetros desde la frontera rumano-búlgara hacia el primer país está libre de caza por lo que parece que muchas aves ya lo “saben”y se desplazan allí para evitar males mayores, aunque a muchos Homo sapiens de dos patas les da igual si está o no prohibido.

        Nuestro viaje comienza en Madrid, donde hemos ido llegando procedente de Cádiz, Murcia, Almería y de la propia capital. Volamos con Ryanair hasta el aeropuerto de Bucarest-Otopeni y regreso por la misma vía. El vuelo tiene una duración aproximada de 3 horas y media. A la llegada tuvimos que adelantar los relojes una hora.

          Nuestro vuelo tomó tierra sobre las 21 horas por lo que tan solo nos dio para dirigirnos al Hotel Otopeni situado muy próximo al aeropuerto y previamente reservado. Dicho desplazamiento fue cortesía del propio hotel.

        Dadas las supuestas dificultades meteorológicas propias de las fechas y de la zona geográfica, habíamos decidido concertar con la empresa Branta Tours tanto los desplazamientos en vehículos todo terreno , el servicio de guía así como la intendencia en su logde, el Branta tours birding lodge ubicado en Durankulak, unos cinco kilómetros al sur de la frontera con Rumanía , junto a la costa del Mar Negro.

      Desde antes de Navidad ya veníamos siendo informados de la climatología benigna nada propicia para estas aves y que estaba provocando mucha fluctuación en su número, principalmente en Durankulak y alrededores, donde en inviernos “normales” la concentración es máxima. Este año 2016 empezaron a aparecer números interesantes en Navidad, descendiendo de nuevo después de algunos días y alcanzando su máximo exponente a mediados de enero (entre el 15 y el 25 aproximadamente) donde los censos en Durankulak y Shabla alcanzaron el número de veinticuatro mil aves aproximadamente. Una semana más tarde dicho número descendió drásticamente a cuatrocientos.

      Hay que decir que esta especie siempre va asociada a otra especie, el Ánsar careto grande (Anser albifrons albifrons), cuyos números son mucho mayores que los de la Barnacla cuellirroja (hasta quinientos mil) y entre los cuales también se observan algunos ejemplares de Ánsar careto chico (A. erythropus) , difíciles de contabilizar debido a los inmensos grupos del primero.


DÍA 1.- BUCAREST A DURANKULAK

       Por la mañana temprano vino a recogernos al hotel el gerente de la empresa, Pavel Simeonov, que nos confirmó en persona lo que ya sabíamos habida cuenta de la temperatura reinante esos días , la casi total ausencia de grupos grandes, asociados a Durankulak y Shabla, pero sí la existencia de pequeños grupos, principalmente en determinadas áreas rumanas cercanas al lago Sinoe, lago Salcioara y al lago Razim, ambos asociados al Delta del Danubio.

Así, decidimos alterar nuestras previsiones y en lugar de conducir directamente hacia Bulgaria, nos dirijimos hacia una localidad llamada Salcioara , donde se había visto días antes un grupete interesante de cuatro mil Barnaclas cuellirrojas asociadas a veinte mil caretos grandes. Durante el trayecto realizamos varias paradas disfrutando de tres especies de Ratoneros, común (Buteo buteo), calzado (Buteo lagopus) y moro (Buteo rufinus). Según Pavel , este invierno el número de Ratonero calzado está siendo especialmente alto en toda la costa del Mar Negro dejándose notar rápidamente una vez comenzado el trayecto.


Especialmente interesantes fueron los córvidos, los cuales nos acompañaron por el camino, destacando la Graja (Corvus frugilegus), la Grajilla (C. monedula, ssp sommerringii) y la Corneja cenicienta (Corvus cornix). Al cruzar un brazo del Danubio, a la altura de la ciudad de Fetesti, pudimos observar en vuelo los dos primeros Pelícanos ceñudos (Pelecanus crispus) del viaje , especie que a la postre se cotizaría bastante cara. Esta especie inverna en números no muy altos en la costa del Mar Negro aunque ya a principios de enero llegan los individuos desde el Sur para establecer sus colonias de cría, con lo que los individuos que se ven en esta época tienen ya claramente un perfecto plumaje de verano. También nos hicieron buena compañía durante todo el viaje el Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) y el pálido (C. cyaneus).

Finalmente llegamos a Salciora y… bimbo, un grupo de unas ciento cincuenta Barnaclas cuellirrojas junto a unos ochocientos caretos. En vuelo se diferenciaban perfectamente las dos especies, formando las primeras un grupo con forma indefinida y cuyos individuos tienen un vuelo errático tipo “nube” de estorninos, mientras los segundos forman un grupo con movimiento más pausado. Algunos Ánsares comunes (Anser anser) campeaban también por el trigal. Esta especie también es invernante en esta costa aunque en número no muy altos.


          Desde allí y ya de vuelta a Durankulak nos desviamos en el pueblo de Sinoe topándonos con el primer Pico sirio (Dendrocopus syriacus), en uno de los múltiples árboles desnudos que en esta época invernal cubren los pueblos. Continuamos camino cruzando un inmenso carrizal hasta llegar a un canal que comunica los Lagos Zmeica y Sinoe, donde cuando el nivel de las aguas es bajo deja a la intemperie una pequeña isla utilizada por el Gavión cabecinegro (Ichthyaetus ichthyaetus) como dormidero, pero en esta ocasión el nivel del agua era muy alto por lo que no se veía la isla. En cambio localizamos un impresionante dormidero de córvidos compuestos por varios cientos de Grajas, Grajillas y Cornejas cenicientas.


      Durante el paseo por el carrizal pudimos observar tres preciosos Búhos campestres, que se preguntaban, con una mirada fija y pocos amigos qué hacíamos allí, en aquel recóndito lugar.
También los habituales aguiluchos sobrevolaban tranquilamente la zona buscando presas que llevarse a la boca antes del anochecer.


         Y ya con el sol puesto y con bastantes kilómetros por delante dimos por finalizada la jornada, no sin antes meterrnos entre pecho y espalda una opípara cena en el lodge , a cargo de la mujer de Pavel, Tatyana .

DÍA 2.- LAGO DURANKULAK

       Día dedicado a recorrer el lago por su parte N y E. Sin un vehículo todo terreno era difícil recorrerlo ya que las pistas se encontraban muy embarradas por la nieve y el agua de semanas atrás.


           La zona Este corresponde a una barra arenosa que forma una playita con el Mar Negro y que lo separa del cinturón perilagunar del Lago Durankulak. En este cinturón se observaron principalmente fringílidos como Verderón común (Chloris chloris), Gorrión molinero (Passer montanus) y Ruiseñor bastardo (Cettia cetti).


Por encima del lago se dejaban ver los Cormoranes pigmeos (Phalacrocorax pygmaeus), con sus cortos vuelos, y que parecía bastante temerosa ya que enseguida se dejaban caer en el carrizo. Esta especie tiene una población invernante importante en toda la costa occidental del Mar Negro. Ya en el agua, Cisnes vulgares (Cygnus olor) y cantores (C. cygnus) además de Cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo ssp sinensis).


En el mar pudimos ver Zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), Somormujos lavanco (Podiceps cristatus), dos parejas de Serretas medianas (Mergus serrator)) y algún Colimbo ártico (Gavia arctica) , además de una in habitual concentración de cientos de Fochas comunes (Fulica atra) en el agua salada.


Una pareja de Pato colorado (Neta Rufina) se dejó ver en el agua, aunque no parecía en muy buen estado, siendo acosada por las múltiples gaviotas de la zona. Entre éstas, Gaviota cáspica (Larus cachinnans), patiamarilla (L. michaellis) , además de reidora (Chroicocephalus ridibundus) y cana (L . canus), y un fugáz Gavión cabecinegro (Ichthyaetus ichthyaetus) comenzando a cambiar su plumaje a nupcial. Un Correlimos gordo (Calidris canutus), un tridáctilo (Calidris alba) y un Archibebe común (Tringa totanus) se movían en grupo por la playa. Algún ejemplar de careto grande en aparente mal estado estado físico se dejaba ver por aquí también.

En los campos de cultivo de la zona Norte y muy cerca de la lámina de agua pudimos observar un grupito asentado (el único que vimos en Bulgaria) de Ánsar careto grande y de Barnacla cuellirroja (cincuenta y dos ejemplares , máximo número visto de esta última especie en Durankulak durante nuestra estancia) alimentándose en los trigales. Dentro de este grupo pudimos localizar, no sin cierta dificultad, algún Ánsar careto chico.


DÍA 3.- PRILEP Y LAGO SHABLA

Abandonamos un poco la búsqueda de las barnaclas a tenor de lo observado y este día nos dedicamos a otras aves. Temprano salimos en dirección a Prilep, a unos 120 kms. hacia el oeste donde dedicaríamos unas horas a la observación de pícidos. Hicimos varias estaciones de escucha y observaciones por los alrededores. El objetivo era el Pito cano (Picus canus) aunque pretendíamos disfrutar con todos los que aparecieran. La mañana no defraudó en absoluto. Poco a poco fuimos detectando hasta seis especies en un bosquete de Quercus, posiblemente robur, al cual le atravesaba un arroyo. El primero en caer fue Pito real (Picus viridis ssp “viridis” o “karelini”), 


un macho de Pito cano (Picus canus),


un macho de Pico mediano (D. medius),


macho y hembra de Pico picapinos (Dendrocopus major), macho de Pico sirio (D. syriacus) . Durante gran parte de la mañana, pudimos disfrutar del reclamo de algún ejemplar de Picamaderos negro (Dryocopus martius) en lo más profundo del bosque.

Otras especies interesantes que nos acompañaron por la zona fueron Trepador azul (Sitta europaea) , Mito (Aegithalos caudatus ssp. caudatus) y Alcaudón norteño (Lanius excubitor ssp. homeyeri)

De vuelta hacia Shabla nos topamos con algún ejemplar más de Pico sirio y varios Picogordos (Coccothraustes coccothraustes) comiendo frutos tranquilamente en algunos árboles junto a la carretera . Un grupo interesante de Calandria (Melanocorypha calandra) nos salió al paso al cruzar una zona desnuda de vegetación . Poco después vimos junto ala carretera los únicos Esmerejones (Falco columbiarus) del viaje. Ya en la costa, un Gavión cabecinegro con plumaje invernal (Ichthyaetus ichthyaetus) nos pasó por encima, en vuelo hacia la playa, despareciendo súbitamente.

Una vez en Shabla, nos dedicamos a buscar una especie que nos parecía interesante, la Perdiz pardilla (Perdix perdix), muy común por esas zonas. Sin abandonar nuestro objetivo, continuamos y llegamos a Shablenska Tuzla, una laguna de mediano tamaño perteneciente, si se puede llamar así, al complejo del Lago Shabla. Allí nos encontramos con una grata sorpresa, un grupo de unos veinte Cisnes cantores, de los cuales seis eran de la especie Bewick o chico (Cygnus colombianus).


En la lámina de agua también había presente un nutrido grupos de Tarro blanco (Tadorna tadorna) además de algún Ánade real (Anas platyrrhynchos) y friso (A. strepera). Por los alrededores del lago varios ejemplares de Búho campestre (Asio flammeus) nos entretenían con sus quiebros, dejándose retratar sin dificultad. Con el sol ya oculto y sin rastro de las perdices regresamos al alojamiento.














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