Del
6 al 12 de febrero de 2016
OBSERVADORES.-
Isidro
Bartolomé, Miguel Carvajal Carvajal, José
María Fdez. Zapata y Raimundo
Martín.
TEXTO.- Raimundo
Martín y José
María Fdez. Zapata.
IMÁGENES.- Isidro
Bartolomé y José María Fdez. Zapata.
MONTAJE.- José
María Fdez. Zapata.
INTRODUCCIÓN.-
El principal objetivo de
nuestro viaje era la observación de la mayor concentración
invernal mundial de una especie tan amenazada como fantástica, la
Barnacla cuellirroja (Branta
ruficollis), con una población difícilmente estimable ya que
sus zonas de cría no tienen fácil acceso por ser zonas remotas de
Siberia , penínsulas como Taimyr, Gydan y Yamal. El conteo en sus
cuarteles de invierno ha sido relativamente fácil hasta estos
ultimos años ya que la mayoría de las barnaclas se concentraban
asociadas a los lagos Durankulak y Shabla, en Bulgaria. Pero en los
últimos años la mayoría de los individuos se mueven dependiendo
de las oscilaciones climatológicas y asociados a las olas de frío,
por lo que el conteo invernal se complica en exceso al desplazarse
frecuentemente a lo largo y ancho del mar Negro.

A principios de los años 60 las barnaclas invernaban en zonas de
estepa alrededor del Mar Caspio, pero la transformación de las
estepas en campos de algodón las hizo desplazar sus áreas de
invernada hacia el Oeste, principalmente a la costa rumana, en la
región de Bronceado y posteriormente a la búlgara, concretamente
alrededor de los lagos Duraznilla y Habla , al Oeste del Mar Negro.
Tanto en Rumanía como en Bulgaria hay una enorme extensión de
campos de trigo de invierno, cultivados desde los años 50 y
asociados a lagos interiores junto al mar, donde beben agua y
pasan la noche la mayoría de los individuos. Como hemos dicho la
estimación de su población varía mucho, y va desde 30.000
individuos, de los más pesimistas, hasta 150.000 , en un censo
hecho por ornitólogos rusos durante la migración nupcial de la
especie en 2012.
Tanto
el año pasado 2014/15 como éste, 2015/2016 el clima invernal en
esta zona del mar Negro ha sido muy benigno aunque con oscilaciones
muy grandes entre semanas dentro del mismo mes, lo que ha llevado las
barnaclas a moverse mucho de unos lugares a otros, incluso
traspasando fronteras, asociado además a las molestias provocadas
por la caza, cuya veda de prolonga en Bulgaria hasta el 31 de
enero y en Rumanía incluso más tarde. Es curioso resaltar que los
primeros cinco kilómetros desde la frontera rumano-búlgara hacia el
primer país está libre de caza por lo que parece que muchas aves ya
lo “saben”y se desplazan allí para evitar males mayores, aunque
a muchos Homo sapiens de dos patas les da igual si está o no
prohibido.
Nuestro viaje comienza
en Madrid, donde hemos ido llegando procedente de Cádiz, Murcia,
Almería y de la propia capital. Volamos con Ryanair hasta el
aeropuerto de Bucarest-Otopeni y regreso por la misma vía. El vuelo
tiene una duración aproximada de 3 horas y media. A la llegada
tuvimos que adelantar los relojes una hora.
Nuestro vuelo tomó
tierra sobre las 21 horas por lo que tan solo nos dio para dirigirnos
al Hotel Otopeni situado muy próximo al aeropuerto y previamente
reservado. Dicho desplazamiento fue cortesía del propio hotel.
Dadas las supuestas
dificultades meteorológicas propias de las fechas y de la zona
geográfica, habíamos decidido concertar con la empresa Branta Tours
tanto los desplazamientos en vehículos todo terreno , el servicio
de guía así como la intendencia en su logde, el Branta tours
birding lodge ubicado en Durankulak, unos cinco kilómetros al sur de
la frontera con Rumanía , junto a la costa del Mar Negro.
Desde antes de Navidad
ya veníamos siendo informados de la climatología benigna nada
propicia para estas aves y que estaba provocando mucha fluctuación
en su número, principalmente en Durankulak y alrededores, donde en
inviernos “normales” la concentración es máxima. Este año
2016 empezaron a aparecer números interesantes en Navidad,
descendiendo de nuevo después de algunos días y alcanzando su
máximo exponente a mediados de enero (entre el 15 y el 25
aproximadamente) donde los censos en Durankulak y Shabla alcanzaron
el número de veinticuatro mil aves aproximadamente. Una semana más
tarde dicho número descendió drásticamente a cuatrocientos.
Hay que decir que esta
especie siempre va asociada a otra especie, el Ánsar
careto grande (Anser albifrons albifrons), cuyos
números son mucho mayores que los de la Barnacla cuellirroja (hasta
quinientos mil) y entre los cuales también se observan algunos
ejemplares de Ánsar careto chico
(A. erythropus) , difíciles de contabilizar debido a los
inmensos grupos del primero.
DÍA
1.- BUCAREST A DURANKULAK
Por la mañana temprano
vino a recogernos al hotel el gerente de la empresa, Pavel Simeonov,
que nos confirmó en persona lo que ya sabíamos habida cuenta de la
temperatura reinante esos días , la casi total ausencia de grupos
grandes, asociados a Durankulak y Shabla, pero sí la existencia de
pequeños grupos, principalmente en determinadas áreas rumanas
cercanas al lago Sinoe, lago Salcioara y al lago Razim, ambos
asociados al Delta del Danubio.
Así,
decidimos alterar nuestras previsiones y en lugar de conducir
directamente hacia Bulgaria, nos dirijimos hacia una localidad
llamada Salcioara , donde se había visto días antes un grupete
interesante de cuatro mil Barnaclas cuellirrojas asociadas a veinte
mil caretos grandes. Durante el trayecto realizamos varias paradas
disfrutando de tres especies de
Ratoneros,
común
(
Buteo buteo),
calzado
(
Buteo lagopus) y
moro (
Buteo rufinus). Según
Pavel , este invierno el número de Ratonero calzado está siendo
especialmente alto en toda la costa del Mar Negro dejándose notar
rápidamente una vez comenzado el trayecto.
Especialmente
interesantes fueron los córvidos, los cuales nos acompañaron por
el camino, destacando la Graja (Corvus frugilegus), la
Grajilla (C. monedula, ssp sommerringii) y la Corneja
cenicienta (Corvus cornix). Al cruzar un brazo del
Danubio, a la altura de la ciudad de Fetesti, pudimos observar en
vuelo los dos primeros Pelícanos ceñudos
(Pelecanus crispus) del viaje , especie que a la postre se
cotizaría bastante cara. Esta especie inverna en números no muy
altos en la costa del Mar Negro aunque ya a principios de enero
llegan los individuos desde el Sur para establecer sus colonias de
cría, con lo que los individuos que se ven en esta época tienen ya
claramente un perfecto plumaje de verano. También nos hicieron buena
compañía durante todo el viaje el Aguilucho lagunero
(Circus aeruginosus) y el pálido (C. cyaneus).
Finalmente
llegamos a Salciora y… bimbo, un grupo de unas ciento cincuenta
Barnaclas cuellirrojas junto a unos ochocientos caretos. En
vuelo se diferenciaban perfectamente las dos especies, formando las
primeras un grupo con forma indefinida y cuyos individuos tienen un
vuelo errático tipo “nube” de estorninos, mientras los segundos
forman un grupo con movimiento más pausado. Algunos
Ánsares
comunes (
Anser anser) campeaban también por el trigal.
Esta especie también es invernante en esta costa aunque en número
no muy altos.
Desde allí y ya de
vuelta a Durankulak nos desviamos en el pueblo de Sinoe topándonos
con el primer
Pico sirio
(
Dendrocopus syriacus), en uno de los múltiples árboles
desnudos que en esta época invernal cubren los pueblos. Continuamos
camino cruzando un inmenso carrizal hasta llegar a un canal que
comunica los Lagos Zmeica y Sinoe, donde cuando el nivel de las aguas
es bajo deja a la intemperie una pequeña isla utilizada por el
Gavión cabecinegro (
Ichthyaetus
ichthyaetus) como dormidero, pero en esta ocasión el nivel del
agua era muy alto por lo que no se veía la isla. En cambio
localizamos un impresionante dormidero de córvidos compuestos por
varios cientos de Grajas, Grajillas y Cornejas cenicientas.
Durante el paseo por el
carrizal pudimos observar tres preciosos Búhos campestres, que se
preguntaban, con una mirada fija y pocos amigos qué hacíamos allí,
en aquel recóndito lugar.
También los
habituales aguiluchos sobrevolaban tranquilamente la zona buscando
presas que llevarse a la boca antes del anochecer.
Y ya con el sol puesto
y con bastantes kilómetros por delante dimos por finalizada la
jornada, no sin antes meterrnos entre pecho y espalda una opípara
cena en el lodge , a cargo de la mujer de Pavel, Tatyana .
DÍA
2.- LAGO DURANKULAK
Día dedicado a recorrer
el lago por su parte N y E. Sin un vehículo todo terreno era
difícil recorrerlo ya que las pistas se encontraban muy embarradas
por la nieve y el agua de semanas atrás.
La zona Este corresponde a
una barra arenosa que forma una playita con el Mar Negro y que lo
separa del cinturón perilagunar del Lago Durankulak. En este
cinturón se observaron principalmente fringílidos como
Verderón
común (
Chloris chloris),
Gorrión molinero
(
Passer montanus) y
Ruiseñor bastardo (
Cettia
cetti).
Por
encima del lago se dejaban ver los
Cormoranes
pigmeos (
Phalacrocorax pygmaeus), con sus cortos
vuelos, y que parecía bastante temerosa ya que enseguida se dejaban
caer en el carrizo. Esta especie tiene una población invernante
importante en toda la costa occidental del Mar Negro. Ya en el agua,
Cisnes vulgares (
Cygnus olor) y
cantores (
C.
cygnus) además de
Cormoranes grandes
(
Phalacrocorax carbo ssp sinensis).
En
el mar pudimos ver
Zampullines cuellinegros (
Podiceps
nigricollis),
Somormujos lavanco (Podiceps
cristatus), dos parejas de
Serretas medianas (
Mergus
serrator)) y algún
Colimbo ártico (
Gavia
arctica) , además de una in habitual concentración de cientos
de
Fochas comunes (
Fulica atra) en el agua salada.
Una
pareja de Pato colorado (Neta Rufina) se dejó ver en
el agua, aunque no parecía en muy buen estado, siendo acosada por
las múltiples gaviotas de la zona. Entre éstas, Gaviota cáspica
(Larus cachinnans), patiamarilla (L. michaellis)
, además de reidora (Chroicocephalus ridibundus) y
cana (L . canus), y un fugáz Gavión
cabecinegro (Ichthyaetus
ichthyaetus) comenzando a cambiar su
plumaje a nupcial. Un Correlimos gordo (Calidris
canutus), un tridáctilo (Calidris alba) y un
Archibebe común (Tringa totanus) se movían en grupo
por la playa. Algún ejemplar de careto grande en aparente mal estado
estado físico se dejaba ver por aquí también.
En
los campos de cultivo de la zona Norte y muy cerca de la lámina de
agua pudimos observar un grupito asentado (el único que vimos en
Bulgaria) de Ánsar careto grande y de
Barnacla
cuellirroja (cincuenta y dos ejemplares , máximo número
visto de esta última especie en Durankulak durante nuestra
estancia) alimentándose en los trigales. Dentro de este grupo
pudimos localizar, no sin cierta dificultad, algún Ánsar careto
chico.
DÍA
3.- PRILEP Y LAGO SHABLA
Abandonamos un poco la
búsqueda de las barnaclas a tenor de lo observado y este día nos
dedicamos a otras aves. Temprano salimos en dirección a Prilep, a
unos 120 kms. hacia el oeste donde dedicaríamos unas horas a la
observación de pícidos. Hicimos varias estaciones de escucha y
observaciones por los alrededores. El objetivo era el Pito
cano (Picus canus) aunque pretendíamos disfrutar
con todos los que aparecieran. La mañana no defraudó en absoluto.
Poco a poco fuimos detectando hasta seis especies en un bosquete de
Quercus, posiblemente robur, al cual le atravesaba un arroyo. El
primero en caer fue Pito real (Picus viridis ssp “viridis”
o “karelini”),
un macho de Pito
cano (Picus canus),
un macho de Pico
mediano (D. medius),
macho y hembra de Pico
picapinos (Dendrocopus major), macho de Pico sirio (D.
syriacus) . Durante gran parte de la mañana, pudimos disfrutar
del reclamo de algún ejemplar de Picamaderos negro (Dryocopus
martius) en lo más profundo del bosque.
Otras especies
interesantes que nos acompañaron por la zona fueron Trepador azul
(Sitta europaea) , Mito
(Aegithalos caudatus ssp. caudatus) y Alcaudón
norteño (Lanius excubitor ssp. homeyeri)
De vuelta hacia Shabla
nos topamos con algún ejemplar más de Pico sirio y varios
Picogordos (Coccothraustes coccothraustes) comiendo
frutos tranquilamente en algunos árboles junto a la carretera . Un
grupo interesante de Calandria (Melanocorypha calandra)
nos salió al paso al cruzar una zona desnuda de vegetación . Poco
después vimos junto ala carretera los únicos Esmerejones
(Falco columbiarus) del viaje. Ya en la costa, un Gavión
cabecinegro con plumaje invernal (Ichthyaetus
ichthyaetus) nos pasó por encima, en vuelo hacia la playa,
despareciendo súbitamente.
Una
vez en Shabla, nos dedicamos a buscar una especie que nos parecía
interesante, la Perdiz pardilla
(Perdix perdix), muy común por esas zonas. Sin abandonar
nuestro objetivo, continuamos y llegamos a Shablenska Tuzla, una
laguna de mediano tamaño perteneciente, si se puede llamar así, al
complejo del Lago Shabla. Allí nos encontramos con una grata
sorpresa, un grupo de unos veinte Cisnes cantores, de los cuales
seis eran de la especie Bewick o chico
(Cygnus colombianus).
En la lámina de agua
también había presente un nutrido grupos de Tarro blanco
(Tadorna tadorna) además de algún Ánade real (Anas
platyrrhynchos) y friso (A. strepera). Por los
alrededores del lago varios ejemplares de Búho campestre
(Asio flammeus) nos entretenían con sus quiebros, dejándose
retratar sin dificultad. Con el sol ya oculto y sin rastro de las
perdices regresamos al alojamiento.