sábado, 20 de agosto de 2016

Isla de Córcega II

DÍA 16.-
              El día se preveía largo y agotador como a la postre así fué. Hoy nos hemos dirigido al SO de la isla, a la capital, Ajaccio. Quizás visita obligada dado la ubicación en la misma del Museo Fesch. Aquí se pueden contemplar la mayor colección de pintura italiana después del Museo de Louvre, también algun Botticelli, Tiziano o Veronese. El Cardenal Fesch, tio de Napoleón I, era un gran coleccionistas de arte que donó las obras cuando se marchó a Francia. Por lo demás la ciudad tiene poco que ofrecer y la ciudadela es pequeña y esta militarizada por lo que no se puede acceder. Lo más paisajístico es visitar Punta Parata desde donde se contempla las Islas Sanguinarias, nombre este dado por el color que toman al incidir el sol sobre las rocas volcánicas durante la puesta del mismo.

         Continuamos nuestro viaje en el tiempo desplazándonos de los siglos XV y XVI hacia el pasado, nada menos que al 6000 a.c. Nos dirigimos a Filotosa, un yacimiento megalítico de finales del Neolítico y principios de la Edad de Bronce. Espectacular conjunto compuesto por “abrigos” para refugiarse, Dólmenes pero sobre todo Menhires tallados. En el denominado Filipo V se aprecia la cara y en el reverso la nuca e incluso la columna vertebral y los omóplatos.


           
                
                    Además de las alineaciones también podemos encontrar lo que sería el centro de vida del asentamiento (justo la imagen de arriba) o las formas esculpidas por los agentes atmosféricos como la del Elefante, al igual que ocurriera en la Península de Scandola.



       Continuando con nuestro inmersión en el pasado, nos desplazamos a otro yacimiento. Aquí pudimos ver unos alineamientos de Menhires, quizás sin explicaciones en la actualidad, y un gran Dólmen.



               Tras un largo día y ya de regreso aprovechamos para darnos unos baños en un par de calas pasado Porto Vecchio.

DÍA 17.-
               Como casi todos los días, éste vuelve a tener un número de horas de conducción elevado a pesar de las cortas distancias. La conducción en la isla es muy lenta porque las infraestructuras no están adecuadas al volumen de vehículos. Hoy le ha tocado a otra de las grandes ciudades, Bonifacio. Ésta posee igualmente una Ciudadela grande y llena de bullicio donde se alternan los bares, restaurantes y comercio locales no solo para el beneplácito de los turismos sino también para sus moradores que no son pocos.



             Allí aprovechamos para realizar otra salida en barco y disfrutar de la vista desde el mar de sus acantilados soportando la enorme Ciudadela.





             Arriba se observa la famosa escalera del Rey Fernando de Aragón, mandada a construir en una sola noche según cuenta la leyenda. En realidad da acceso a una fuente de agua dulce que durante los asedios era de vital importancia.

DÍA 18.-
              Hoy es último día completo y aún no hemos visto el Verderón corso. Anoche, in extremis, he conseguido de un amigo mi último cartucho en forma de coordenadas. Tras hora y media de coche hemos llegado al Col de Sorba sobre las 9 de la mañana con tan solo 11º de temperatura y algo de viento. Después de 5 minutos y ver varias especies, localizamos un par de ejemplares que volaron rápidamente. Decidimos bajar un poco, ya que nos pasamos el punto recomendado en un par de curvas. Nada más aparcar (42.147360, 9.191819), ya podíamos oír cantar a los Verderones corsos. Tras una mínima espera los disfrutamos a placer. Un poco después y en la lejanía reclamaba también la Curruca sarda. Tras una ayuda conseguimos ver machos a corta distancia pero siempre protegidos de los matojos. A las 9:30 nos marchamos a tomar un café y saborear el momento. La tarde la dedicamos a la playa y descanso.

DÍA 19.-
          A las 12 de la mañana comenzaba nuestro periplo de regreso enormemente satisfecho por el viaje.













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