DÍA
16.-
El
día se preveía largo y agotador como a la postre así fué. Hoy nos
hemos dirigido al SO de la isla, a la capital, Ajaccio. Quizás
visita obligada dado la ubicación en la misma del Museo Fesch. Aquí
se pueden contemplar la mayor colección de pintura italiana después
del Museo de Louvre, también algun Botticelli, Tiziano o Veronese.
El Cardenal Fesch, tio de Napoleón I, era un gran coleccionistas de
arte que donó las obras cuando se marchó a Francia. Por lo demás
la ciudad tiene poco que ofrecer y la ciudadela es pequeña y esta
militarizada por lo que no se puede acceder. Lo más paisajístico es
visitar Punta Parata desde donde se contempla las Islas Sanguinarias,
nombre este dado por el color que toman al incidir el sol sobre las
rocas volcánicas durante la puesta del mismo.
Continuamos
nuestro viaje en el tiempo desplazándonos de los siglos XV y XVI
hacia el pasado, nada menos que al 6000 a.c. Nos dirigimos a Filotosa,
un yacimiento megalítico de finales del Neolítico y principios de
la Edad de Bronce. Espectacular conjunto compuesto por “abrigos”
para refugiarse, Dólmenes pero sobre todo Menhires tallados. En el
denominado Filipo V se aprecia la cara y en el reverso la nuca e
incluso la columna vertebral y los omóplatos.
Además de las alineaciones también podemos encontrar lo que sería el centro de vida del asentamiento (justo la imagen de arriba) o las formas esculpidas por los agentes atmosféricos como la del Elefante, al igual que ocurriera en la Península de Scandola.
Continuando
con nuestro inmersión en el pasado, nos desplazamos a otro
yacimiento. Aquí pudimos ver unos alineamientos de Menhires, quizás
sin explicaciones en la actualidad, y un gran Dólmen.
Tras
un largo día y ya de regreso aprovechamos para darnos unos baños en
un par de calas pasado Porto Vecchio.
DÍA
17.-
Como casi todos los
días, éste vuelve a tener un número de horas de conducción
elevado a pesar de las cortas distancias. La conducción en la isla
es muy lenta porque las infraestructuras no están adecuadas al
volumen de vehículos. Hoy le ha tocado a otra de las grandes
ciudades, Bonifacio. Ésta posee igualmente una Ciudadela grande y
llena de bullicio donde se alternan los bares, restaurantes y
comercio locales no solo para el beneplácito de los turismos sino
también para sus moradores que no son pocos.
Allí aprovechamos para
realizar otra salida en barco y disfrutar de la vista desde el mar de
sus acantilados soportando la enorme Ciudadela.
Arriba se observa la
famosa escalera del Rey Fernando de Aragón, mandada a construir en
una sola noche según cuenta la leyenda. En realidad da acceso a una
fuente de agua dulce que durante los asedios era de vital
importancia.
DÍA
18.-
Hoy es último día
completo y aún no hemos visto el Verderón corso. Anoche, in
extremis, he conseguido de un amigo mi último cartucho en forma de
coordenadas. Tras hora y media de coche hemos llegado al Col de Sorba
sobre las 9 de la mañana con tan solo 11º de temperatura y algo de
viento. Después de 5 minutos y ver varias especies, localizamos un
par de ejemplares que volaron rápidamente. Decidimos bajar un poco,
ya que nos pasamos el punto recomendado en un par de curvas. Nada más
aparcar (42.147360, 9.191819), ya podíamos oír cantar a los
Verderones corsos. Tras una mínima espera los disfrutamos a placer.
Un poco después y en la lejanía reclamaba también la Curruca
sarda. Tras una ayuda conseguimos ver machos a corta distancia pero
siempre protegidos de los matojos. A las 9:30 nos marchamos a tomar
un café y saborear el momento. La tarde la dedicamos a la playa y
descanso.
DÍA
19.-
A las 12 de la mañana comenzaba nuestro periplo de regreso
enormemente satisfecho por el viaje.
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