miércoles, 19 de diciembre de 2012

La Recompensa

                         Con esta entrada quiero reivindicar una EDITORIAL blogística.

                   Han pasado ya muchos años desde que AGADEN viese la luz. Concretamente desde 1977.  Su caminar ha ido siempre paralelo al de nuestra democracia y con ella la aparición de Leyes, Decretos y diversas normativas que afectaban directamente a nuestra naturaleza y su protección. No voy a entrar en valoraciones de la Asociación que me vió nacer y crecer como Naturalista porque creo que sus méritos están más que demostrados pero si me gustaría recordar el ataque al que fue sometido las Salinas de Tres Amigos en un momento determinado de su abandono.

                         Durante los años 80, AGADEN trabajó muy duro para conseguir que se promulgara la Ley 2/1987 y la Ley 2/1989, participando en su elaboración intensamente. Ésta segunda por la que se aprobaba el inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, contenía la declaración del "Parque Natural Bahía de Cádiz". 

                      Por las mismas fechas, posiblemente antes, cuando se comenzaron a dar los primeros pasos a nivel municipal en el Ayuntamiento de San Fernando para la construcción de un macro centro comercial en las salinas de Tres Amigos,  "PARQUE BAHÍA". Los planos eran muy claros,   
                                               ¡no quedaría nada de lo que fue!. 
Ni que decir tiene que aún no existía el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales ni el Plan Rector de Uso  y Gestión (PRUG), hecho éste que no sucedió hasta la publicación del Decreto 99/1994. A pesar de poseer la zona la figura de Parque Natural, creo recordara ya en vigor, tanto los promotores privados como municipales se empeñaron en realizar una campaña de desprestigio contra la zona con el objeto de poder tener vía libre para sus pretensiones. 

                       Afortunadamente, por aquel entonces, las Salinas de Tres Amigos era uno de los mejores  lugares conocidos y seguimos por los Naturalistas de la Bahía de Cádiz. Quizás la circunstancia así lo quiso, ya que estaba muy cerca de nuestra residencia y era fácil de llegar y económico , sobre todo para nuestros bolsillos de estudiantes. Nuestras visitas eran constantes, realizando un seguimiento exhaustivo a través de censos durante todos los períodos del año de la presencia de las aves así como de las presiones a que se veían sometidas. Fruto de todos esos datos recopilados desde los primeros años de la década de los 80', se obtuvo un humilde borrador con acompañó a las diversas denuncias y que llegó hasta Bruselas y aunque pueda parecer pretencioso, gracias a él y al esfuerzo de todos los que colaboraron, se consiguió parar la construcción del Centro Comercial "Parque Bahía". Lamentablemente buscaron otras alternativas, donde igualmente hicieron mucho daño pero si bien las condiciones de abandono que presentaba las salinas de Sagrado Corazón no le ayudaron demasiado, construyendo sobre su fangos lo que hoy conocemos como el centro comercial Bahía Sur.

                   La publicación que resultó y que podéis encontrar al margen, es el fruto y la recompensa posterior a un esfuerzo, no por ella en sí misma que es de carácter divulgativo sino por lo que en aquel entonces representó.

                NINGÚN ESFUERZO, POR PEQUEÑO QUE NOS PAREZCA,
                           ES INÚTIL PARA DEFENDER DE LA NATURALEZA





jueves, 13 de diciembre de 2012

SIERRA DEL NIÑO

                        En este caso nos hemos adentrado en la Sierra del Niño realizando un recorrido que nos ha sorprendido gratamente. Zonas de solanas, umbrías y pequeños arroyos se iban alternando en nuestro caminar  al igual, como no podía ser de otra manera, que su vegetación adaptada a la exposición del sol. 
                       
                       La primera parte estaba más expuesta a los  rayos del sol. Aquí encontramos un Alcornocal más abierto, Quercus suber, Brezos, Erica sp o Calluna vulgaris o los impresionantes Madroños, Arbutus unedo, cargados completamente de sus frutos maduros cuando no tapizaban el suelo de colores de fuego, entre otras muchas especies. Pero sin lugar a dudas la estrella de esta zona es la Atrapamoscas, Drosophyllum lusitanicum, la cual disfrutamos durante un buen trecho del recorrido.



                            A lo largo del camino nos cruzamos con tres pequeños arroyos. Éste primero, Arroyo del Cabrillo, se merecía una parada en nuestra senda. Aquí os muestro dos imágenes del mismo lugar y posición pero con distinta focal.



                        Continuando la marcha hallamos un "canutillo" que no lleva agua a pesar de las lluvias recientes de los días pasados.


                              Más adelante llegamos al Arroyo del Risco Blanco que si lleva agua y forma una cascada pasado el camino a la cual no tenemos acceso debimos a l intrincadode la maleza.

      
                         Tras varias horas caminando pácidamente y disfrutando del magnífico entorno y de las vista del Valle de Ojén, alcanzamos un bosque cerrado de una belleza espléndida. En un primer momento mixto con Alcornoques,


   pero que rápidamemte se transforma en un Quejigal,


                       Dentro de éste bosque casi mágico hemos localizados dos representantes del Reino Fungi.

Macrolepiota procera
Ganoderma resinaceum ?
                            En esta magnífica jornada de campo la hemos compartido Mariana, Inma, Mario, Diego, Paco y yo.

MONTERA DEL TORERO

                               En nuestra provincia al igual que el resto de España, diría yo, la naturaleza posee distintas figuras de protección de distintos rangos. Todos conocemos el Parques, Reservas o Parajes Naturales, pero quizás algo más desconocidos encontramos los Monumentos Naturales como es el caso que nos ocupa. Dentros del PN de los Alcornocales encontramos esta formación geológica modelada y oradada por el viento y el agua cuya aspecto de ha dado su nombre,

                                     "LA MONTERA DEL TORERO"


Imagen que nos puede recordar a una Tortuga abriendo la boca 



                   Por los alrededores hemos localizados algunos hongos. El primero se trata de un ejemplar del Orden de los Ascomycetes,  Antracobia melaloma

                     y el segundo, del Orden  Mixomycetes,  Mucilago crustacea.


                     Éste última especie la podemos encontrar tanto con aspecto mucoso como seca y fácil de deshacer.

                    También localizamos sobre una Adelfa, Nerium oleander, una plaga de Chinches (Heteropteros),


Ninfas 
Posible Spilostethus pandurus
                  

jueves, 15 de noviembre de 2012

Marruecos al natural. 4ª parte y final.


               Con este relato concluyo nuestra experiencia vivida en este viaje. El recorrido previsto para los próximos días partirá de Merzouga para finalizar en Beni Mellal y de ahí hacia Tanger. En el desierto dejamos buenos amigos.


                Nuestro primer destino de la mañana será la zona de las gargantas. Durante el trayecto hemos podido disfrutar de magnífica vistas como las de este poblado Bereber en Tinejdad.


           Como os dije con anterioridad debemos tener presente al diseñar las rutas diarias que los kilómetros no van ecuánimes, como nosotros lo entendemos, con los tiempos invertidos. Tras un buen rato conduciendo alcanzamos el pueblo de Tinerhir desde donde comienza la Garganta del Todra. Conforme avanzamos el cañón se va haciendo más angosto con espacio tan solo para el Río Todra y el camino para circular.


                  Justo antes de abrirse la garganta podemos encontrar algunos alojamiento a los cuales se acceso por un pequeño puente sobre el río. También los consabidos puestos de recuerdos que este caso alteran la monotonía de color de las moles de roca.


                   Al final del día llegamos a Keela M'gouna donde pasaríamos la noche en la “Kasbah Itran”. Lugar tranquilo donde el tiempo no avanza, donde tomar un te es algo más que un ritual, una cortesía. Es verdaderamente un placer.  



                    En algunas ocasiones los pájaros se acercaban a por las miguitas caídas.

Escribano sahariano, Emberiza striolata
                 Antes de adentrarnos en el Alto Atlas hemos pasado la noche en Demnate. Allí hemos podido ver al Bulbul naranjero, Pycnonotus barbatus y a la Chova piquirroja, Pyrrhocorax pyrrhocorax.


                                                               
                     Emprendemos la marcha. Los caminos no permiten avanzar con velocidad. En mayoría de los tramos previstos para cada día la media no supera los 25 o 30 kilómetros por hora. Por otro lado ello nos permite disfrutar de algunos espectáculos naturales.


                   La fiesta del cordero se va a celebrar en un par de días por lo que el bullicio en los poblados es superior a lo habitual. Desorden y caos reinan en las callejuelas en un vorágine de compras mientras intentamos atravesar el poblado de Taban en el valle de ait Bouguemez, no con poca dificultad. En este valle uno no tiene la sensación de estar solo o aislado, un rosario de pequeños poblados nos acompañan durante nuestro devenir por estas pistas.


                     En algunos poblados más deteriorados se pueden localizar lo que entonces sería el granero comunitario o “Igrhem”, hoy de sustento para un nido de Cigüeña Blanca, Ciconia ciconia.


                  Como verdaderos nómadas pero inquietos, cada día cambiamos de alojamiento. En nuestros desplazamientos hemos llegado al poblado de Ibakliwine. Quizás uno de los asentamientos más espectaculares.


                  ¡Como no podía faltar su “Igrhem”!. En este caso aún en funcionamiento.


                      Paseando por sus callejuelas, por supuesto de tierra, nos encontramos con los frutos de la recogida de la cosecha que aportan un tono de color  ante tanta uniformidad.



                  Aquí nos llevaríamos una sorpresa inesperada. En la parte alta del pueblo, en lo que podrían ser secaderos para las cosechas, localizamos unas “Icnitas” muy bien conservadas. En este caso se podía observar en caminar de un Diplodocus y de un Velociraptor.

Diplodocus
Velociraptor
                      Una de nuestra últimas noches, pernoctamos a más de 1600 metros de altitud en una “Gite D'tape”. Alojamiento éstos muy utilizados en los pueblos o aldeas del interior. Confortables y se comen bien. Además tuvimos la suerte que nos mostraron por dentro un Igrhem restaurado pero que data de 300 años atrás. Un experiencia inolvidable.


                      Cumpliendo con los objetivos marcados en el viaje, alcanzamos en mitad de ninguna parte, la famosa “Catedral”. Mole de piedra gigantesca con una configuración particular.



                          A su pies discurre un río con abundante caudal.


                       Nuestro destino final se encuentra en Azilal. Allí estamos invitados por Mustapha, amigo de Chema y Chari y a su vez experto guía de montaña y de Montanbike, a pasar la noche en su casa y compartir con él la fiesta del cordero. Imborrables e inolvidables las escenas compartidas con él y su familia. El viaje está finalizando y el colofón al mismo lo ponemos visitando las Cascadas de Ouzoud.



                       La última noche la pasamos en Beni Mellal como aproximación antes de llegar a Tanger y dar por finalizado nuestro viaje. En esta ocasión el grupo ha estado conformado por, Chari Braza, Sandra Ramchandani, Luis 
Escribano, Chema Lubián y José María Zapata.  
De izquierda a derecha: Luis, Sandra, Chari  y Zapa.

                      
                       Para finalizar agradezco sinceramente el esfuerzo realizado a mi amigo Chema, nuestro magnífico guía, del que sé que su única preocupación era que todo saliese bien durante el viaje y por supuesto a Chari, encargada de la logística.

                       TAN SOLO PUEDO DECIR QUE  NO VEO EL MOMENTO DE REGRESAR




domingo, 11 de noviembre de 2012

MARRUECOS AL NATURAL. 3ª parte


                             El día ha comenzado a las 5 de la mañana. Nos hemos desplazados hasta unas dunas altas para poder ver el amanecer.



                       Con la llegada de la luz se han asustado en grupo de más 20 Cuervos desertícolas, Corvus ruficollis, de los que tan solo pudimos testimoniar su presencia por los rastos dejados.


                     Tras este comienzo de jornada, nos adentramos en otro tipo de desierto pedregoso y árido  "La Hammada". Aquí la vida está diseñada para especie muy adpatadas y entre ellas incluimos al hombre.



              Tras algunos kilómetros y una temperatura aceptable comenzamos a ver los primeros arbustos,


                       Sobre ellos también los primeros moradores que observados, Alcaudón meridional, Lanius meridionalis subesp. elegans.

                    
                     Aproximándonos al primeros de los Oasis, encontramos una familia seminómada. Además de la Haima, donde desarrollan practicamente todas sus actividades poseen unas pequeñas construciones para el ganado y enseres.


                  Ni que decir tiene el grado de hospitalidad manisfestado, en el más amplio sentido de la palabra.


                    Tras un te moruno con frutos secos y pastas continuamos el viaje. Hay que tener en cuenta que las distancias durante algunas de las jornadas realizadas son cortas pero la duración en tiempo es enorme.  Pronto alcanzanmos un Oasis y el paisaje cambia totalmente. A pesar de la fecha y de no haber llovio desde el invierno pasado, y me refiero a llover al deshielo de las montañas, el agua es relativamente abundante.


   
                         Aquí conseguimos localizar algunas especies características de la zona como la Collalba desertica, Oenanthe deserti,


                      Curruca de Tristan o desertícola, Sylvia deserti,


                         Poco después reanudamos el camino. En esta ocasión a través del lecho de un río donde el agua, sorprendentemente, se encuentra casi a ras de la superficie, pudiendo localizar pozos con niveles freáticos altísimos para la zona y época del año.


                       En los alrededores de estos afloramientos de agua pudimos ver la Terrera desertícola, Ammomanes deserti


                           Igualmente, y como si se tratase de una columna vertebral de un antiguo lecho de un río, encontramos un cantera de varios cientos de metros en la que se podían observar Orthoceras,  nautilus cephalópodos fosilizados sobre roca del período Ordovicico. En esta época, 2º período del Palezoico, hace unos 450 millones de años, aún no existían animales en tierra firme dado que la atmósfera no era todavía apropiada.


                   Ya de regreso al alojamiento pudimos pasar por un pequeño asentamiento próximo a las dunas pero integrado en un oasis.



                     Aunque más impresionante fue resultó Kasbah.


             Con el sol desapareciendo entre las montañas concluimos con nuestro recorrido de hoy.