Durante el último fin
de semana de agosto, hemos disfrutado alojándonos en una Casa
Palacio del siglo XV que perteneció a los Condes de Alba de Aliste, en el pueblo de Garrovillas de Alconetar en la
provincia de Cáceres.
A nuestra llegada nos
hemos encontrado en plena celebración de las Fiestas en honor a San
Roque. La Plaza Mayor, de gran belleza y declarada Monumento Histórico Artístico de Interés nacional, estaba cerrada con motivo de
la suelta de “toros al estilo tradicional”. Tengo que decir que
afortunadamente no se trataba de otra de las muchas manifestaciones
barbaras que salpican el territorio nacional. Por Bando Municipal
está totalmente prohibido el maltrato animal por lo que el
espectáculo consistía en esquivar las embestidas del animal. Al
cabo de un rato eran devueltos a los toriles improvisados sin daño
alguno. No se puede negar que el festejo careciera de colorido.
Dado que no disponíamos
de mucho tiempo, el sábado nos levantamos temprano al objeto de
conseguir hacer todo lo que teníamos previsto. Aunque un poco
retirado desde el lugar donde nos alojábamos, nos dirigimos hacia
Cuacos de Yuste para visitar el Monasterio de Yuste.
Este Monasterio fue
lugar de acogimiento de la Orden de los Jerónimos, anteriormente
“ermitaños de la vida pobre” fechándose su construcción en
1402. El conjunto arquitectónico esta formado por dos partes. Por un
lado el Convento y por otro la Casa-Palacio mandada a construir por
el Emperador Carlos I de España y V de Alemania para su retiro hasta
su muerte (1556-58) después de su abdicación.
De cualquier manera la Casa-Palacio estaba anexa al ábside de la iglesia de tal manera que desde su lecho, el Emperador, podía ver y escuchar los rezos. A su muerte mandó que le enterrasen en una cripta debajo de la misma. Hoy y a pesar que sus restos fueron llevados por su hijo Felipe II al Monasterio del escorial, aún permanece lo que podría ser su ataúd. Al menos está fechado en la misma época.
El conjunto esta
formado por iglesia y dos claustros. La iglesia y el claustro gótico
son del s. XV, mientras que el resto de la edificación son del s.
XVI. En un principio poseía tres plantas que tras la reconstrucción
y por seguridad pasaran a ser solo dos. Como ocurriría en todo el
territorio nacional, tras la Desamortización de Mendizabal, los
nuevos propietarios lo sometieron al abandono, mal uso y por ende al
deterioro.
No fue hasta mediados
del siglo XIX cuando comenzó su reconstrucción. Hasta hace tan solo
unos años albergaba a dos monjes de la Orden de los Jerónimos los
cuales viven en la actualidad en el Monasterio del Parral en Segovia
con el resto de la exigua congregación. Para continuar dándole el
uso que correspondía a su construcción inicial, el Convento ha
vuelto este año a tener vida monacal. En este caso los llamados
“Paulinos”, monjes polacos de la Orden de San Pablo Primer
Eremita.
Junto al Monasterio se encuentra el pueblo de Caucos de Yuste donde en su plaza y algunas casas se puede ver indicios del expolio a que fue sometido éste.
Una vez finalizada
nuestra incursión por la historia de este magnífico monumento, nos
dirigimos hacia Plasencia donde visitaríamos la Bodega Viña
Placentina, que elabora unos caldos ecológicos nada despreciables.
Ya por la tarde regresamos a la Hospedería y disfrutamos de sus
instalaciones. Una vez repuestos, paseamos por el pueblo donde encontramos una manifestación de la arquitectura en las casas.
En la plaza de la Iglesia pudimos encontrar un monolito dedicado a un paisano del pueblo y no sin justificación.
A la mañana siguiente
fuimos a visitar el Convento de San Antonio de Padua situado a las
afueras del pueblo.
Fundado en 1476, la
iglesia de estilo renacentista poseía bóveda de crucería con una
sola nave y un ábside poligonal con dos capillas laterales a cada
lado, dos renacentistas y dos platerescas.
Igualmente poseía un
claustro sobrio de estilo renacentista y entre otros detalles, en el
muro del Claustro bajo, existieron frescos con escenas de milagros y
vida de los frailes franciscanos. Sufrió como otros la
Desamortización, pasando a manos privadas. En 1843 fue destruido y
expoliado por los propios vecinos de Garrovillas.
Continuando nuestro
periplo llegamos al pueblo de Alcántara, situado al oeste de la
provincia y a tan solo 15 kilómetros de Portugal. Su nombre proviene
del árabe “Al Qantarat” que significa “El Puente”, haciendo
referencia al puente romano sobre el Río Tajo que se encuentra en
las inmediaciones.
Invadido por los
musulmanes en la Edad Media, es reconquistado por Alfonso IX de León
en 1213. La zona es cedida a la Orden de Calatrava para su defensa
pero al estar muy lejos de sus dominios son cedidas a su vez a la
Orden de San Julián del Pereiro, posteriormente llamada Orden de
Alcántara. En su escudo aparece un peral, que hace referencia a
“Pereiro” y la cruz de la Orden Militar en color verde.
En el pueblo además se
encuentra el Convento de San Benito también llamado el “Inconcluso”.
Esta iglesia da por finalizada sus obras, por falta de recursos, en
1576, dejando zonas provisionales para mejores tiempos y que a la
postre han llegado tal cual hasta nuestros días. En su interior
destacan tres naves cubiertas con bóvedas de crucería.
El patio
posee una galería porticada con una columnata de Orden jónico.
Exhibe elementos de gran interés donde se aprecia el paso de gótico
al renacimiento. Gárgolas y un construcción para recoger el agua
adornan el patio.
En la fachada principal
se puede contemplar la galería porticada de la Hospedería o de
Carlos V de tres plantas apoyadas sobre una columnata de orden
jónico, las cuales están flanqueadas por dos torrecillas adornadas
con pináculos, una gótica y la otra renacentista.
A la salida del pueblo
en dirección a Portugal llegamos al Río Tajo,
Allí podemos contemplar
el puente romano. Éste consta de 6 arcos y 5 pilares. En el centro
del puente se puede observar un templete denominado de Trajano. Todo
el conjunto está realizado de sillares almohadillados de roca
granítica de entre 45 y 55 cms.
Cuenta la historia que
en la distintas conquistas y reconquistas de la época, Alfonso V de
Portugal en su invasión a Castilla, y ante su ataque inminente. vislumbró que su enemigo
destruiría el puente para evitar que pudiesen cruzar por
ahí, por lo que le mando una misiva donde le diría que atacarían
por otro lugar porque no quería que Castilla se privase de semejante
monumento.
Junto al Embalse de
Alcántara podemos encontrar “La Cantera”. Como su nombre indica
se trata de una antigua excavación para la obtención de piedra para
la construcción de la presa del propia pantano. La curiosidad radica
en que la han habilitado como “playa”, con aporte de arena, al
haber aflorado el agua y en que ha sido colonizada por Buitres
leonados, una pareja de Alimoches y otra de Cigüeñas negras.
Ya de regreso buscando
la autovía, nos encontramos con muchas pequeñas lagunas o charcas
que salpican los extensos campos secos. En una de ellas, aunque se
denomine Embalse de Brozas II, localizamos en un extremo del
embalsamiento un par de Cigüeñas negras y sobre todo más
interesante un bando de Espátulas en migración que estaban
aprovechando este espacio para descansar y coger fuerza para
continuar el camino.
Con esta última
observación, Inma y el que suscribe , dimos por finalizada nuestra pequeña incursión en la Historia
de España.
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