Con el ánimo de retomar
mis salidas tras casi un mes impedido y teniendo en cuenta que
también tengo abandonadas mis “Listas” de aves, aunque esto será
motivo de otra entrada, me he dirigido, el pasado martes, a la Marisma Seca con la
intención de verificar la presencia de la Garza
imperial, Ardea purperea
y del Martinete, Nicticorax
nicticorax.
Durante el trayecto,
con una temperatura agradable para ser después del mediodía, he
podido ver los reproductores típicos de esta zona. Cigüeñuelas,
Himantopus himantopus, Chorlitejo
patinegro, Charadrius
alexandrinus,
Lavandera boyera,
Motacilla flava o las Terreras
comunes,
Calandrella
brachydactyla, algunas con
volantones y otras incluso incubando.
Tras un buen rato de
aguardo e intento de observación, me marcho de la zona sin haber
podido localizar a ninguna de las dos especies.
En el camino de salida
localizo una hembra de Aguilucho lagunero,
Circus aeruginosus
increpando a otra rapaz que estaba posada en un poste de madera a un
metro del suelo. Al mirar detenidamente compruebo que se trata de un
Águila pescadora, Pandion
haliaetus. Este ave ha sido registrada durante todo este
año en visitas anterior si bien parece estar sola.
Un poco más adelante y
ya casi al final de la marisma veo un grupo de 5 Espátulas,
Platalea leucorodia. Por algún
motivo decido detenerme y echar un último vistazo. Sin lugar a dudas
se trataba de mi pequeña recompensa. Uno de los ejemplares portaba
un transmisor GPS y por supuesto una anilla de PVC con la combinación
P4R.
Puesto al habla con el
equipo del Proyecto "Limes Platalea" que desarrolla el
seguimiento de esta especie en el litoral gaditano desde hace dos
años, me confirman que se trata de un ejemplares marcado este año
dentro del pionero estudio en la Bahía de Cádiz y que han bautizado
al individuo con el nombre de “Roche”.
Confiemos que tenga una
buena travesía hacia sus cuarteles de invierno y un mejor regreso en
un futuro.
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